CATEDRAL, TESTIGO DE LA HISTORIA
LA ERECCIÓN DE LA VILLA DE SAN FELIPECamino real tierra adentro Así que en 1718 se erigió la villa de "San Felipe el Real de Chihuahua", que englobaba a San Francisco de Cuellar y se extendía hasta el río Chuviscar, a lo largo del cual se encontraban ya por ambos lados de la corriente una serie de haciendas españolas que colindaban hacia el norte con la misión de Nombre de Dios. Fue a partir de entonces que comenzó a llamarse "Chihuahua" a la villa de San Felipe. Eran los primeros años del siglo XIX y así contempló un artista de aquella época la ciudad de Chihuahua. Se pueden observar tres grandes obras arquitectónicas . De derecha a izquierda, la Catedral, el Colegio de Jesuitas y San Francisco. Al fundarse San Felipe, la región de Chihuahua tomó el lugar que desde 1686 y durante dos décadas había ocupado Cusihuiriáchic, como punto de convergencia de movimientos de población provenientes de Santa Bárbara y de Sonora. Chihuahua recibió igualmente una parte de los antiguos pobladores de Nuevo México, expulsados en 1680 por los indios pueblo. Como en todos los descubrimientos mineros, la bonanza atrajo a comerciantes y mineros de otras zonas de la Nueva España e incluso de la península ibérica. Todos estos factores concurrieron para darle una gran estabilidad al poblamiento. Una población de ocho mil habitantes era considerable para la época, si tomamos en cuenta que México a principios del siglo XVIII tenía unos cuarentena mil habitantes, y Lima alrededor de treinta mil. En la villa, los mestizos (45.7%) y los mulatos (12.9%) representaban mas de la mitad de la población, mientras que los españoles el 34.8% y los indios el 6%. El mapa de 1722El único plano colonial de la villa de San Felipe que se conoce, data de 1722 y se conserva en el Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara. Si bien en el plano se indica que está orientado hacia el sur, su orientación real es hacia el suroeste, notamos que los emplazamientos de las poblaciones en el mapa de 1722 son correctas en cuanto a las distancias relativas entre ellos. Cabe recalcar, sin embargo, que la villa de Chihuahua, objeto central en la representación, ha sido magnificada y ocupa la mitad del mapa, tal y como sucede con frecuencia en planos y mapas antiguos.Plano de la villa de San Felipe de 1722. La iglesia que se muestra en el mapa al final de la barranca de La Canoa, no es otra que la famosa "Hacienda del Cura", llamada "La Cañada", y que visitó el franciscano Fray Simón del Hierro en 1736. Existe hoy en día un rancho con este nombre situado en el mismo lugar. Todavía falta identificar el poblado o hacienda española que se encuentra, en el mapa antiguo, al oeste del río Sacramento, enfrente de la misión de Nombre de Dios. Probablemente se trata de un antiguo asentamiento perteneciente a San Francisco de Cuellar que no había sido absorbido por la nueva villa. Se sabe que este lugar contaba con su propia iglesia, llamada Nuestra Señora de la Estrella. La urbanización de Chihuahua en el siglo XVIIIPara identificar con precisión los antiguos solares e iglesias del plano de 1722, se localizaron cada uno de los solares en un plano más detallado, como lo es un plano de 1884, como se muestra en la figura. Estos planos guardan interesantes coincidencias, una es que ambos están orientados hacia el sur, solo que en el mapa colonial la villa aparece magnificada, mientras que en el plano de 1884, todas las distancias aparecen de manera realista.Ubicación de los solares de 1722 en el mapa de 1884. Las dos plazas que aparecen en el plano de 1722 todavía existen hoy en día; se trata de la Plaza Trasviña y la Plaza Mayor, hoy plaza Merino y plaza de Armas, respectivamente. La huerta de Trasviña (que también aparece en el plano) todavía era un jardín a mediados del siglo XX, que se utilizaba como salón de fiestas. El actual templo de Nuestra Señora de la Regla, pasando el río Chuviscar, parece estar en el sitió exacto de la capilla que aparece un tanto difusa en el dibujo de 1722. El colegio de los jesuitas, en el emplazamiento del actual Palacio de Gobierno, así como la iglesia de la Tercera Orden Franciscana, aparecen representados en el lugar correcto. Iglesia de la Tercera Orden Franciscana Colegio de la Compañía de Jesús. Acueducto. La despiadada destrucción de casas antiguas en la ciudad de Chihuahua durante el siglo XX, hace muy difícil la reconstrucción del paisaje urbano local en el siglo XVIII, sin embargo, con el análisis del mapa de 1722 podemos descubrir mejor su evolución urbanística. ¿Cuál fue la traza original de la villa de San Felipe?Analizando el mapa de 1722 se puede ver como los solares que se encuentran entre la iglesia parroquial y el colegio de los jesuitas presentan una disposición bastante ordenada a lo largo de tres calles principales (las actuales calles Juárez, Libertad y Victoria), fuera de ellas los solares presentan una distribución más o menos caótica, hacia el este principalmente. En base a esto se puede suponer que esta fue la original la traza de la villa.El plano de 1722 reproduce solo una parte de la villa de San Felipe, ya que los solares allí representados ocupan una extensión de aproximada de un kilómetro, mientras que en la documentación que acompaña este mapa dice que la población se extendía por casi una legua, unos cuatro kilómetros, y dos años después José Neumann declara que el espacio poblado era de dos kilómetros. Los pueblos y villas coloniales solían presentar formaciones irregulares conforme se alejaba del núcleo central, el primitivo Chihuahua no fue la excepción, estos asentamientos estaban formados en su mayoría por los pobladores de más escasos recursos, los cuales tenían que edificar sus casas lejos del río. Además de que en ambos márgenes del río había establecimientos mineros dedicados al beneficio de metales que no aparecen en el mapa. Plano elaborado tomando como base la información del mapa de 1722 Los solares se establecieron cerca del río para facilitar el abastecimiento de agua y del la camino real de Parral a Santa Fe, que al pasar por el centro de la villa se denominó calle Real. Tanto los primeros vecinos como las iglesias se asentaron a los costados de esta vía, que era la actual calle Victoria hasta chocar con el colegio de la Compañía de Jesús, que lo rodeaba para proseguir por la actual calle Libertad hasta salir de la población, pasando por enfrente de la iglesia de la Tercera orden. Es de notar que las tres iglesias de la villa estaban ubicadas sobre el camino real, la iglesia parroquial, la iglesia del colegio de los jesuitas, bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto (que se encontraba en construcción en 1722) y la iglesia de la Tercera orden (actual iglesia de San Francisco). Otro factor que influyó en la traza del antiguo Chihuahua fue el enorme liderazgo político, social y económico del argento mayor Juan Antonio de Trasviña y Retes, cuya hacienda fue anterior a la fundación de Chihuahua y se localizaba frente a la actual plaza Merino, entonces llamada plaza de Trasviña. Este personaje, aparentemente en un acto de generosidad costeó la edificación de la primera iglesia parroquial, en el lugar donde hoy se encuentra la Catedral, terrenos adyacentes a su hacienda, lo que le permitió reservarse para sí mismo los mejores terrenos de la villa. De tal forma Trasviña utilizó su influencia para evitar que nuevos asentamientos al sur de la iglesia parroquial, ya que no quería que estos vecinos reclamaran derechos sobre el agua que corría de sur a norte, a un costado de su hacienda. No fue sino hasta 1722 que se vio obligado a aceptar que se algunos vecinos se establecieran allí, amparados por las autoridades municipales. Las calles principales de la villa de San Felipe se encontraban también algo separadas del río, debido a que la hacienda de beneficio de metales y huerta del ya muchas veces mencionado Trasviña y Retes se encontraba en esa zona. Trasviña construyó una acequia que tomaba agua río arriba, para utilizarla en su huerta y hacienda y depositar el excedente de nuevo al río, ya sumamente contaminada debido al procedimiento con mercurio para beneficiar metales. Para compartir esta agua con la huerta del colegio de los jesuitas Trasviña construyó un ramal de la acequia que pasaba al este de la villa, acequia que no quería compartir con los vecinos, por lo que para protegerla impidió la traza de otra calle al oriente de la calle real (actual calle Victoria), tal como se hizo al sur de la iglesia parroquial. En esta foto de finales del siglo XIX, nos muestra la calle Libertad, que según un plano de 1860 se llamaba calle del Colegio, todo parece indicar que la traza original de la villa de San Felipe estaba comprendida por las actuales calles, Victoria, Libertad y Juárez, entre la iglesia parroquial y el colegio de la Compañía de Jesús. Entonces la acequia hacia el oriente, la hacienda hacia el poniente, las pretensiones de Trasviña hacia el sur y la Compañía de Jesús al norte, entorpecieron el desarrollo armónico de San Felipe. Por esta causa, gran parte de la población se encontraba diseminada a lo largo del río, fuera de la aglomeración propiamente dicha, siendo que aún había espacio suficiente entre el arroyo de la canoa y el arroyo de la manteca para que nuevos vecinos edificaran sus casas. Es probable que la traza original de las tres calles de las que se componía San Felipe (hoy las calles Juárez, Libertad y Victoria) se haya efectuado con la idea de crear una cuadrícula, aunque los solares no fueron realmente cuadrados sino rectangulares. estas calles estaban unidas por medio de callejones que permitían el paso entre ellas. San Felipe no fue una población totalmente minera, ya que aún cuando las haciendas de fundición y beneficio se encontraban a lo largo del río, en la villa vivían sobre todo artesanos, comerciantes y hacendados, es por eso que Chihuahua a diferencia de la mayoría de los asentamientos mineros si tuvo en un principio una traza ordenada. A mediados del siglo XVIII se prohibió el establecimiento de haciendas dentro de los límites de la villa, petición realizada desde 1720 a la Audiencia por los vecinos de la villa, para que se les asignara un ejido de tres cuartos de legua por cada viento, petición que fue pospuesta para otro momento, y mientras tanto Trasviña y Retes seguía contaminando las aguas del Chuviscar con mercurio e impedía el poblamiento del sur de la villa. Fue en 1747, cuando Francisco de Güemes y Horcasitas adjudicó un ejido, dehesas y propios a San Felipe el Real de cinco leguas por cada viento, tomando como centro la iglesia, con el objeto de que el poblado tuviera lugar suficiente para el ganado del abasto de carnes y para el copioso número de bestias que demandan el comercio y las haciendas de beneficio de metales. El ejido era de tamaño considerable tomando en cuenta que la mayoría de los pueblos y villas gozaban de una legua por cada viento de ejido. Se concedió esta enorme extensión a Chihuahua, tomando en cuenta la "vasta largura de tierras", su crecido vecindario, sus actividades mineras y comerciales, pero también para favorecer su crecimiento y que sus habitantes resguardaran esas tierras aparentemente amenazadas por potencias extranjeras (los franceses se habían establecido en la Louisiana y se temía una posible invasión), además de contener a los indios en guerra desde 1745. Cramaussel, Chantal. Chihuahua, Horizontes de su historia y su cultura, tomo 1. Grupo Milenio. 2013. pags.51-69 |
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